lunes, 10 de diciembre de 2012

Ra, Jepri, Junm, tú.


Eres tú, mi Sol, el que me hace despertar cada nuevo amanecer con energías, pues se que aunque no estés conmigo siempre puedo mirar al cielo y encontrarte dándome fuerza para todo aquello que me proponga hacer en el día. 


También eres tú el que me ilumina, el que consigue una sonrisa radiante de mis labios con tan solo rozarme con uno de tus ardientes rayos.

Sólo tu consigue hacer danzar a las motas de polvo de cada uno de mis rincones, solo tú através de tu luz, consigues hacerlas ver como bailarinas a merced de la brisa.

Eres tu, Dios de Dioses el que sin duda alguna mueve el universo.

 Despertar  con Jepri en el amanecer  y observar como Jnum da paso a la solitaria noche, mas nada de eso sucede, pues las estrellas que señalan el camino no son más que tu reflejo en otros mundos ,demasiado lejos para dar calor, pero lo suficientemente cerca de mi, por eso, mi Sol, aunque la noche se haga larga a la espera del amanecer, solo he de mirar al cielo para encontrarte de nuevo.